"En los EXTRAVÍOS nos esperan los HALLAZGOS; porque es preciso PERDERSE para volver a ENCONTRARSE." E. Galeano

viernes, 7 de marzo de 2014

Cambio de planes y la hospitalidad en Zagreb

              La llegada a Zagreb constó de dos tramos hechos a dedo. El primero fue camión y su chofer se llamaba Milan o Bilan, algo así. El señor solo hablaba croata y nos comunicamos poco y nada en la hora y media de viaje. Solo pudimos preguntarle el nombre con ayuda del traductor del teléfono y poco más. Lo gracioso fue cuando quisimos darle las gracias, que con un tímido “jfala” (se escribe “hvala”) acompañado de una sonrisa mirábamos a Bilan, que nos contemplaba desorientado. Se lo repetimos un par de veces y ahí entendió, diciendo “aaahhh!! JJJFAAAGGVLAAAA!!!” y se rió un rato, volviendo a mirar la ruta. En Croacia todo suena más GRJAPAJJAR. Nuestro “jfala” era una caricia a su fuerte oído. Entendimos que un requisito para hablar croata es gritar un poco y pronunciar cerrado.
Catedral de Zagreb - Se comenzó a construir en el 1093. Cuando estaban por hacer el campanario tuvieron que usar los materiales para las murallas. Esas murallas siguen en pie y son de las mas antiguas (y en mejor estado) en Europa.


                Resultó que Milan (o Bilan) era un pan de dios. Nos regaló una gaseosa grande y nos trató de maravillas, preguntándonos si en Argentina está Maduro, que seguramente lo escuchó en las noticias últimamente. Nos dejó a 10 kms de Zagreb. De ahí caminamos unos 3 kms con las mochilas encima al costado de la autopista, hasta que encontramos otro hueco donde doblaban y podíamos hacer dedo. A los veinte minutos nos levantó una camioneta muy lujosa, con un conductor de unos 40 años, muy canchero. No supimos su nombre pero también nos trató bárbaro. Nos dejó a una cuadra de la plaza central y mientras bajábamos las mochilas, un pibe que pasó caminando nos recibió con un “Welcome to Zagreb!” y un gesto de buena onda con la mano. Mientras tanto, el conductor nos despidió con un “Good luck! Welcome che!”. Nos sentíamos en casa, y es que los croatas son muy copados, muy hospitalarios.
Adentro de la Catedral de la Asunción de la Virgen María (que es la Catedral de Zagreb). Dentro de la iglesia se pueden ver todos los estilos por los que pasó a lo largo de su construcción.

                Fuimos a Zagreb que no estaba en nuestros planes para dejar pasar unos días de tormenta que se habían pronosticado, y así fue. Entre nubes y lluvias pudimos pasear un poco por sus calles y recorrer los parques. Debería ser obligatorio que todas las ciudades tengan parques y plazas como en Zagreb, son geniales.  Nos encontramos con una ciudad súper organizada, sin muuuuucha gente y con mucha cultura. En el hostel que nos quedamos el primer día nos dieron un cuadernito de como recorrer “paso a paso” la city, gratis, y con mucha explicación de la historia de los lugares.

"La Madre de Dios y los ángeles" - Esta escultura está en el frente de la Catedral. La estatua que se ve más alta es "la madre de Dios", y los cuatro ángeles de abajo representan las cuatro virtudes cristianas: fe, esperanza, castidad (?) y modestia.

                Así nos tomamos un día entero para recorrerla, pero como si fuésemos dos gatos que ven una mariposa, se nos hizo imposible seguir el “paso a paso” e hicimos el recorrido que nos pintó, aunque siempre recurríamos al librito para leer la historia de lo que estábamos viendo.

 
Como se puede ver, el Papa está en Croacia también.
En vez de Francisco es Franjo.
Está en boca de todos no solo en Italia y Argentina,
Croacia tiene mucha influencia cristiana.
Paso a Paso - Panorámica de Zagreb


      Después llegó lo que podríamos catalogar “mejor”. No, no salió el sol ni paró de llover. Nos hospedamos en la casa de Ivana, una couchsurfer que nos dijo que ella no tenía mucho tiempo para dedicarnos a conocer la ciudad pero que nos podía hospedar. Al igual que mi vieja ella es traductora, y estaba con mucho trabajo pasando un texto de italiano a croata. Resulta que además de su lengua natal habla italiano, inglés, alemán, francés y mucho español, aunque cada tanto se disculpaba por sus errores (mínimos, realmente). Volvimos a explicar la utilización de la palabra “che”, pero esta vez a una traductora y nos entendió al toque. También recorrió más de 30 países  (entre los que están China, Indonesia, Uganda, Túnez, México, Cuba,  Perú y Brasil) pero nos dijo que “faltan muchos, cuando ves el mapa y los países que visité, siento que no conozco nada”. Solo sé que no se nada.
Atardecer en Zagreb :)

                Ella no nos podía dar tiempo porque tenía trabajo, pero su novio Dane sí que podía. Este tipo es un personaje, médico de pelo largo que nunca trabajó de lo que se recibió con una risa muy contagiosa. Es profesor y cantante en coros. Una de las pocas cosas que sabe pronunciar en español es “soy la oveja negra de la familia” y maneja un Trabant rural (hermoso, me encantó desde que lo vi, googleenlo). Orgulloso de que no tiene un Mercedes Benz capitalista como el de su padre va con el Trabant para todos lados, a 20 km por hora, pasando entre medio de los tranvías de Zagreb. En toda la ciudad el principal transporte público es el tranvía, que comparte calle con los autos en una ciudad que las veredas y las calles casi no están separadas por nada. No hay cordón.


Iglesia de San Marcos con techo colorido.
Re bonita, del siglo XIII.
En la muestra de la familia real.
Las joyas que se ven son las que están en el cuadro

                
          Dane nos llevó a un museo donde se exponían obras de la familia noble Pejačević, que durante casi 3 siglos fueron parte del virreinato del imperio austro húngaro. Las obras, casi todos retratos de la familia, eran muy bonitos. Dane además nos enseñó cómo funcionaba el linaje real según los escudos de cada familia. Después de eso fuimos a recorrer un poco más la ciudad y nos invitó a una casa de té francesa, donde comimos tortas muuuuy ricas. Y después nos invitó a tomar cerveza a un bar, donde yo (Seba) tomé una Tomislav negra (Tomislav fue el primer rey croata y hay una estatua gigante de él en frente a la estación de bondis) y Flor tomó una Staročeško rubia. Ya no nos daba la cara de que nos invite más cosas, pero él nos daba confianza como para que sí. Así fue que nos compró una cena (unas pizzetas muy ricas) en una panadería mientras fue a saludar a sus padres. En conclusión, pasamos una tarde genial, donde comimos lo que no habíamos comido en un mes y en compañía de un tipo con el que nos cagamos de risa un rato largo, y charlamos seriamente de política mientras tomamos cerveza. Todo genial.
Foto del celu jaja Las tortas en Amelie, Dane y Seba que se tiene que afeitar

                Es llamativo para nosotros como acá se sigue recordando el nazismo, como algo muy presente, como algo que no tiene que volver a suceder. Es una experiencia que la gente tiene mucho más cercana que como se vive en Argentina. A nosotros nos pareció que el croata ve el “nunca más” del nazismo como el argentino el “nunca más” de la dictadura. Por ejemplo, Dane hablaba orgulloso de que en sus clases de “farmacia” explicaba del holocausto y las consecuencias sociales que trajo a su país.
                Así es que pasamos unos días barbaros con Ivana y Dane, y partimos para Šibenik (se pronuncia “shibenic”), la ciudad cercana a Krka donde estamos escribiendo estas humildes líneas. En pocos días les vamos a contar lo que es este paraíso en tierra y con fotos muuuuuy geniales.

Gracias por leernos.

3 comentarios:

  1. Como siempre, me encanta y es un placer leerlos ♥.
    Me reí con la parte de "...las cuatro virtudes cristianas: fe, esperanza, castidad (?) y modestia", el signito.
    Y muy bien Flor teniendolo cortito con afeitarse jajaja.
    Los quiero mucho!! sigan disfrutando sin parar!

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  2. Que copado cruzarse con gente asi! Genial.
    Como describiste la forma de hablar croata es la misma forma en la que habla Fru!! jajaja

    Saludos chicoss

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  3. vuelvan a argentina e intenten lo mismo van a ver!!!! muy bueno como siempre

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