La llegada a Zagreb constó de dos tramos hechos a dedo. El
primero fue camión y su chofer se llamaba Milan o Bilan, algo así. El señor
solo hablaba croata y nos comunicamos poco y nada en la hora y media de viaje.
Solo pudimos preguntarle el nombre con ayuda del traductor del teléfono y poco
más. Lo gracioso fue cuando quisimos darle las gracias, que con un tímido “jfala”
(se escribe “hvala”) acompañado de una sonrisa mirábamos a Bilan, que nos
contemplaba desorientado. Se lo repetimos un par de veces y ahí entendió,
diciendo “aaahhh!! JJJFAAAGGVLAAAA!!!” y se rió un rato, volviendo a mirar la
ruta. En Croacia todo suena más GRJAPAJJAR. Nuestro “jfala” era una caricia a
su fuerte oído. Entendimos que un requisito para hablar croata es gritar un
poco y pronunciar cerrado.
Resultó
que Milan (o Bilan) era un pan de dios. Nos regaló una gaseosa grande y nos
trató de maravillas, preguntándonos si en Argentina está Maduro, que
seguramente lo escuchó en las noticias últimamente. Nos dejó a 10 kms de
Zagreb. De ahí caminamos unos 3 kms con las mochilas encima al costado de la
autopista, hasta que encontramos otro hueco donde doblaban y podíamos hacer
dedo. A los veinte minutos nos levantó una camioneta muy lujosa, con un
conductor de unos 40 años, muy canchero. No supimos su nombre pero también nos
trató bárbaro. Nos dejó a una cuadra de la plaza central y mientras bajábamos
las mochilas, un pibe que pasó caminando nos recibió con un “Welcome to
Zagreb!” y un gesto de buena onda con la mano. Mientras tanto, el conductor nos
despidió con un “Good luck! Welcome che!”. Nos sentíamos en casa, y es que los
croatas son muy copados, muy hospitalarios.
Adentro de la Catedral de la Asunción de la Virgen María (que es la Catedral de Zagreb). Dentro de la iglesia se pueden ver todos los estilos por los que pasó a lo largo de su construcción. |
Fuimos
a Zagreb que no estaba en nuestros planes para dejar pasar unos días de
tormenta que se habían pronosticado, y así fue. Entre nubes y lluvias pudimos
pasear un poco por sus calles y recorrer los parques. Debería ser obligatorio
que todas las ciudades tengan parques y plazas como en Zagreb, son
geniales. Nos encontramos con una ciudad
súper organizada, sin muuuuucha gente y con mucha cultura. En el hostel que nos
quedamos el primer día nos dieron un cuadernito de como recorrer “paso a paso”
la city, gratis, y con mucha explicación de la historia de los lugares.
Así nos
tomamos un día entero para recorrerla, pero como si fuésemos dos gatos que ven
una mariposa, se nos hizo imposible seguir el “paso a paso” e hicimos el
recorrido que nos pintó, aunque siempre recurríamos al librito para leer la
historia de lo que estábamos viendo.
Como se puede ver, el Papa está en Croacia también. En vez de Francisco es Franjo. Está en boca de todos no solo en Italia y Argentina, Croacia tiene mucha influencia cristiana. |
Paso a Paso - Panorámica de Zagreb |
Después
llegó lo que podríamos catalogar “mejor”. No, no salió el sol ni paró de
llover. Nos hospedamos en la casa de Ivana, una couchsurfer que nos dijo que
ella no tenía mucho tiempo para dedicarnos a conocer la ciudad pero que nos
podía hospedar. Al igual que mi vieja ella es traductora, y estaba con mucho
trabajo pasando un texto de italiano a croata. Resulta que además de su lengua
natal habla italiano, inglés, alemán, francés y mucho español, aunque cada
tanto se disculpaba por sus errores (mínimos, realmente). Volvimos a explicar
la utilización de la palabra “che”, pero esta vez a una traductora y nos
entendió al toque. También recorrió más de 30 países (entre los que están China, Indonesia, Uganda,
Túnez, México, Cuba, Perú y Brasil) pero
nos dijo que “faltan muchos, cuando ves el mapa y los países que visité, siento
que no conozco nada”. Solo sé que no se nada.
Atardecer en Zagreb :) |
Ella no
nos podía dar tiempo porque tenía trabajo, pero su novio Dane sí que podía.
Este tipo es un personaje, médico de pelo largo que nunca trabajó de lo que se
recibió con una risa muy contagiosa. Es profesor y cantante en coros. Una de
las pocas cosas que sabe pronunciar en español es “soy la oveja negra de la
familia” y maneja un Trabant rural (hermoso, me encantó desde que lo vi,
googleenlo). Orgulloso de que no tiene un Mercedes Benz capitalista como el de
su padre va con el Trabant para todos lados, a 20 km por hora, pasando entre
medio de los tranvías de Zagreb. En toda la ciudad el principal transporte público
es el tranvía, que comparte calle con los autos en una ciudad que las veredas y
las calles casi no están separadas por nada. No hay cordón.
Iglesia de San Marcos con techo colorido. Re bonita, del siglo XIII. |
En la muestra de la familia real. Las joyas que se ven son las que están en el cuadro |
Dane
nos llevó a un museo donde se exponían obras de la familia noble Pejačević, que
durante casi 3 siglos fueron parte del virreinato del imperio austro húngaro.
Las obras, casi todos retratos de la familia, eran muy bonitos. Dane además nos
enseñó cómo funcionaba el linaje real según los escudos de cada familia.
Después de eso fuimos a recorrer un poco más la ciudad y nos invitó a una casa
de té francesa, donde comimos tortas muuuuy ricas. Y después nos invitó a tomar
cerveza a un bar, donde yo (Seba) tomé una Tomislav negra (Tomislav fue el primer
rey croata y hay una estatua gigante de él en frente a la estación de bondis) y
Flor tomó una Staročeško rubia. Ya no nos daba la cara de que nos invite más
cosas, pero él nos daba confianza como para que sí. Así fue que nos compró una
cena (unas pizzetas muy ricas) en una panadería mientras fue a saludar a sus
padres. En conclusión, pasamos una tarde genial, donde comimos lo que no
habíamos comido en un mes y en compañía de un tipo con el que nos cagamos de
risa un rato largo, y charlamos seriamente de política mientras tomamos
cerveza. Todo genial.
Foto del celu jaja Las tortas en Amelie, Dane y Seba que se tiene que afeitar |
Es
llamativo para nosotros como acá se sigue recordando el nazismo, como algo muy
presente, como algo que no tiene que volver a suceder. Es una experiencia que
la gente tiene mucho más cercana que como se vive en Argentina. A nosotros nos
pareció que el croata ve el “nunca más” del nazismo como el argentino el “nunca
más” de la dictadura. Por ejemplo, Dane hablaba orgulloso de que en sus clases
de “farmacia” explicaba del holocausto y las consecuencias sociales que trajo a
su país.
Así es
que pasamos unos días barbaros con Ivana y Dane, y partimos para Šibenik (se
pronuncia “shibenic”), la ciudad cercana a Krka donde estamos escribiendo estas
humildes líneas. En pocos días les vamos a contar lo que es este paraíso en
tierra y con fotos muuuuuy geniales.
Gracias por leernos.
Como siempre, me encanta y es un placer leerlos ♥.
ResponderEliminarMe reí con la parte de "...las cuatro virtudes cristianas: fe, esperanza, castidad (?) y modestia", el signito.
Y muy bien Flor teniendolo cortito con afeitarse jajaja.
Los quiero mucho!! sigan disfrutando sin parar!
Que copado cruzarse con gente asi! Genial.
ResponderEliminarComo describiste la forma de hablar croata es la misma forma en la que habla Fru!! jajaja
Saludos chicoss
vuelvan a argentina e intenten lo mismo van a ver!!!! muy bueno como siempre
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