Movernos cambio la ecuación del viaje. Llegar a Florencia
nos dio un empujón importante, el cambio de aire fue interno. Nos hospedamos en
lo de Leonardo Boselli, un italiano muy particular, que se dedica a la parte de
informática de la Universidad pero su verdadera ocupación es hospedar gente.
Tiene su casa realmente preparada para eso. Hay lugar para 9 personas pero nos contó
que llego a hospedar a 14. Tiene reglas, varias, como la de “un día cocinas
vos, otro yo” y el que cocina se sienta en un lugar particular de la mesa donde
hay un cartelito de “Here is the cook of the meal”. También hay reglas locas,
como la de que está prohibido usar tacones. Resulta que tuvo una huésped que
iba al baño en zapatos de taco, de noche, y los vecinos se le quejaron. Imaginen
que 1800 huéspedes deben dar muchas anécdotas. Para sorpresa nuestra los que
más recibió fueron norteamericanos, segundos francés y terceros chinos. Italia
está lleno de chinos. Es como si les hubiesen dado vacaciones gratis a todos y
estén repartidos por todos lados. De Latinoamérica dice que lo que más hospedo
fueron mexicanos y segundo, chilenos. Este terror de los hoteles y de las
agencias de turismo tiene todo anotado, en detalle. Nosotros nos fuimos de su casa contentos de
haber sido los que le enseñamos que los argentinos decimos “che” (es bastante
complicado responder a la pregunta ¿para que usan el “che”?) y porque le
cocinamos un rico pollo con papas a la crema.
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Santa María del Fiore, muy llamativa de afuera |
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Este cerdito es de "la suerte". Hay que ponerle una moneda en la nariz y pedir un deseo jaja |
Florencia
es una bonita ciudad sin edificios altos, una mini Roma, que carece de todo el
caos pero con un valor cultural increíble. Lamentablemente nosotros poco
pudimos aprovechar de eso porque todos pero todos los recorridos eran pagos (y
caros). La entrada de una persona para ver el David era más alta que nuestro
presupuesto diario entre los dos. Así que visitamos la basílica de Santa María
del Fiore junto al Batisterio y el campanario, que son muy bonitos la verdad y
recorrimos la ciudad de punta a punta. Las fotos desde la Piazzale Michelangelo
son geniales. Ahí arriba también había una iglesia que se comenzó a construir
en el 1018 y sus muros intentan retener cascarones de pinturas de aquella
época. Por detrás tiene un cementerio
enorme y antiguo, de esos a los que no entrarías de noche, con estatuas para
rememorar al fallecido y pequeños castillos (literal) donde familias muy
poderosas enterraron generaciones.
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El león que da la entrada a la Logia |
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Plaza de las rosas, previo a la Piazza de Miguel Angel. |
La
mitad de Florencia fue “comprada” por los Medici hace siglos y por voluntad de
estos, la ciudad fue cuna del Renacimiento. Desafortunadamente los bonitos y
famosos jardines de las residencias Medici son privados y casi no se pueden
recorrer. Sin embargo, se pueden apreciar importantes lugares como la Logia de
la Señoría, un centro de media manzana de grande con muchas esculturas del
Renacimiento que Cosimo Medici mandó a hacer. En frente, hay una copia del
David. Esta Logia nos hizo darnos cuenta que las obras que estábamos viendo, en
su gran mayoría, eran de mucho antes de la independencia de Argentina; e
inclusive, de antes del descubrimiento (y comienzo de la matanza de aborígenes)
de América.
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Esculturas de hombres en bolas everywhere |
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Florencia - vista desde la Plaza de Miguel Angel. |
Una
secuencia de hechos desafortunados hizo que nos quedemos pocos días en Firenze.
Después de dos noches en lo de Leonardo, nos tocaba ir de una familia que prometía
recibirnos con mate. Nuestro nivel de extrañar el mate está llegando a grados
preocupantes. Pero lamentablemente para nosotros al hombre le salió un trabajo
importante y no nos iban a poder hospedar. Teníamos dos opciones: o seguíamos
con el plan de conocer Cinque Terre, que son cinco pueblitos costeros muy
antiguos, para después ir a Verona y después Venecia, o ir directamente a
Venecia que el camino era directo. El problema con Cinque Terre es que siendo
pueblitos muy poco habitados corríamos el riesgo de no encontrar donde dormir,
con 5 grados o menos de temperatura y ciertos temores a menos de 15 días de
empezar nuestro viaje. Así que decidimos que era tiempo de darnos espacio de
pareja, ir a un hostel y organizar bien como serian nuestros próximos pasos. El
hostel barato que teníamos en mente estaba en Venecia así que Cinque Terre
quedará para la vuelta.
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Venecia - Say no more |
Nosotros
tenemos una especie de medida para los lugares. La expectativa la medimos del 1
al 10 y después que conocemos vemos si la alcanzó o no, que en caso de
alcanzarla sería algo muy bueno. Con Venecia teníamos una expectativa alta,
realmente, pero fue ampliamente superada. De los diez lugares super importantes
que tiene para ir a ver, vimos 3 y de casualidad. Nos dedicamos a caminarla.
Venecia es un gran laberinto que cada tres cuadras te planta una calle de agua
con la normalidad y el descaro mismo que en una gran ciudad te encontras una
avenida. Esas venas del mar Adriático
que se entremezclan con la típica construcción de los barrios italianos, con
sus pequeños pasajes, blocks de departamentos coloridos, la ropa colgada a diez
metros de altura cruzando la calle (de agua o de cemento), la sobrepoblación de
iglesias, las plazas suntuosas con el nombre de algún ex conquistador o héroe
de la resistencia del lugar hacen que no sea necesario ningún tipo de recorrido
turístico. Nuestra mejor manera de conocer Venecia fue caminarla, muy parecido
como nos pasó con Roma, pero ésta última avasallaba de monumentos y exóticos
paseos culturales. En cambio en Venecia hay paz, es como si el agua licuara las
preocupaciones de los que viven en el lugar. Una señora que superaba los 70 con
la que conversamos denotaba que era del lugar por su tranquilidad y nos despidió
diciendo que le encantaba hablar con españoles, cuando le dijimos que éramos
argentinos dijo “bueno, con argentinos entonces también”, siempre con una
sonrisa.
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Seba en el fin de Venecia. A partir de ahí,el Mar Adriático sin más. |
Tuvimos la suerte de
llegar en temporada de carnaval y el de Venecia es mundialmente famoso. Sus máscaras
y trajes son obras de arte. Este carnaval empezó cerca del 1500 cuando los
nobles querían mezclarse con la plebe y entonces salían disfrazados, y con máscaras,
para no ser distinguidos. Hoy en día te cruzas a venecianos disfrazados (como
nos pasó a nosotros) y se toman su personaje muy en serio, pasó de ser una
excusa de los aristócratas para ser una fiesta para el pueblo (más allá de que
las máscaras artesanales cuesten como mínimo 100 euritos).
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Máscaras artesanales de Carnaval |
Nuestra
corta estadía en el hostel nos sirvió para volver a comunicarnos con familiares
y organizar nuestros próximos pasos. Vamos para Trieste donde ya hay una mujer
que nos hospeda al menos una noche. De Trieste no esperamos nada, sin
expectativa, solo que va a ser nuestra última ciudad de Italia y después vamos
para Croacia, pasando Eslovenia a bordo de algún camión o auto que nos quiera
llevar en la ruta. El punto que quiero remarcar, para que el lector no se
sienta en un cuento de hadas, es que no estamos de vacaciones. Buscar techo o
lugar donde poner la carpa y encontrar como viajar de lugar a lugar tiene sus
complicaciones. Eso no quita que lo disfrutemos a full, inclusive esas
dificultades, pero imaginarse que estamos recorriendo todo de vacaciones sería
un error. Nos tomamos un recreo de la rutina, del subte apretado de ida y
vuelta del trabajo y de las obligaciones que nos ponen terceros. Ahora las
cosas que hacemos son por iniciativa propia, por necesidad de ir al próximo
destino en el mapa y porque estamos haciendo lo que durante tiempo soñamos.
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Basilica de San Marcos - del 1063 |
En
el próximo post, que esperamos no sea dentro de tanto, les contamos como fueron
nuestros días en Trieste, la salida de Italia y nuestra sensación general que
nos dejó el país de la pizza y la pasta.
impecable relato!!! mucha suerte y aguardo el proximo
ResponderEliminarGracias Fede! en breve subimos el próximo. Saludos :)
ResponderEliminarBellas fotos, sobre todo la del fin de Venecia. Muy buen relato...a la espera de más!!
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